Miel de lavanda cruda y ecológica 800gr
Se obtiene a partir del néctar de la lavanda salvaje (Lavandula stoechas). Esta lavanda es una especie autóctona de algunos de los paisajes más salvajes de Andalucía. Diferente a la lavanda cultivada otorga a esta miel un sabor es suave y delicado.
La miel de lavanda tiene los niveles más altos de tirosina, un aminoácido que el organismo utiliza para producir neurotrasmisores. Por ello esta miel nos puede ayudar a aliviar los efectos del estrés emocional y físico. Una infusión relajante con una cucharadita de miel de la lavanda por las noches ayuda a conciliar mejor el sueño y disfrutar mejor del descanso.
Recolectada artesanalmente y envasada cuidadosamente para conservar la máxima calidad de la miel cruda ecológica de nuestros paisajes.
Sobre Verdemiel
Verdemiel son Antonio y Ana. Una pareja de Priego de Códoba (Córdoba). Conocedores de la miel y su mundo, nos ofrecen un producto exquisito, sin mezclar mieles, sin calentarla, sin utilizar bombas de trasiego u otras maquinarias que manipulen en exceso la miel para el envasado y sin filtrar. Envasado en frío para que enzimas, aminoácidos, vitaminas, polen y otros componentes de la miel queden intactos en cada uno de los tarros.
¿Miel ecológica?
La miel de VerdeMiel cumple estrictamente con los requisitos de la regulación europea de agricultura orgánica. Están acreditados por el CAAE, (Comité Andaluz de Agricultura Ecológica). Las abejas no son alimentadas con azúcar, el tratamiento que reciben las colmenas se realiza con sustancias existentes en la naturaleza y todos los apiarios están en áreas naturales y libres de contaminación, en la mayoría de los casos estos espacios están protegidos.
La miel sólo se recolecta una o dos veces al año cuando tiene el tiempo de maduración necesario en las colmenas y en consonancia con los ciclos naturales del paisaje y la colmena.
Al contrario que las producciones más intensivas, el manejo apícola tradicional de nuestro entorno permite únicamente una o dos castras (recogida de la miel) al año tras las floraciones de primavera y verano, en la época de máxima producción de la colmena y de exceso de miel dejando a la colmena suficientes reservas para la temporada más dura del invierno.
Las colmenas están hechas de materiales naturales como la madera o el corcho, no empleando nunca fibra de vidrio, polietileno o plásticos recientemente introducidos en la apicultura moderna intensiva.